Cindy: la mona que podría causar una revolución en las leyes de derechos de autor.


Cindy es una mona-macaco que recientemete causó revuelo por varias fotos que tomó ella misma con la cámara del fotógrafo David Slater mientras trabajaba en el Parque Nacional de Indonesia. Cindy le robó la cámara al fotógrafo y con curiosidad por la luz que salía cada vez que le daba click, tomó varias fotos de su cara siendo instantáneamente famosa por la buena calidad y la expresión que logró plasmar de sí misma.

El problema surgió cuando TechDirt escribió un artículo cuestionando los derechos de autor de las fotografias y preguntándose de quién serían si la autora fue realmente Cindy. La agencia de noticias CATERS se atribuye los derechos de autor porque David Slater trabaja para ellos y le pidió a TechDirt que retirara las fotos de su página porque no habían pedido el permiso pertinente.

Todo esto ha abierto una enorme pregunta: las leyes de derechos de autor fueron creadas para humanos no para animales, entonces en este caso ¿ quién tiene los derechos ? El fotógrafo, dueño de la cámara ha declarado que él no tiene los derechos porque no tomó las fotos, entonces ¿porque la agencia declara tenerlos? Otros afirman que los animales son “propiedad” de los seres humanos y por ende lo que hagan o dejen de hacer nos pertenece. ¿Esto será correcto? Dentro de las leyes de derechos de autor de Estados Unidos existe un párrafo de dice que ” los trabajos producidos por procesos mecánicos o al azar sin ningún tipo de contribución o participación de un autor humano no son registrables”  lo que significaría que NADIE puede declarar como propios los derechos de autor de las fotografías tomadas por Cindy la mona-macaco.

Aún así esta agencia de noticias alega que las fotos son suyas que si alguien quiere usarlas, debe pedir permiso y pagar por él. Estamos frente a un caso poco común que deja expuesta lo oscuro de estas leyes de copyright y que al final de cuentas lo que buscan es una sola cosa: dinero. En los derechos de autor existen matices que son difíciles de incluir y ejecutar bajo leyes tan coercitivas y castrantes. Los autores de una obra pueden ser muchos, y ser creada en varios momentos, y tiempo; una obra puede ser creada por encargo, otra por obligación o por amenaza y otra por un animal.

La cuestión es que estas leyes tratan de proteger a los grandes autores y no los pequeños, a los que tienen mucho dinero que perder y no a los que crean por amor a su arte. Espero sinceramente que este debate provoque otros más grandes sobre estas leyes y que los gobiernos que las crean sean más consecuentes son los artistas y no con sus propias ambiciones.


vía: http://loussazul.com/

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